El día miércoles 20 de Marzo del año 1861, hace exactos 163 años atrás, en nuestra provincia de Mendoza, se desató el terremoto más destructivo del siglo XIX a nivel mundial.
Los monjes católicos de las distintas iglesias, monasterios y catedrales que funcionaron en la provincia cuyana, fueron testigos presenciales y atemorizados, tomaron notas de cada momento del sismo. Gracias a su registros sabemos que a las 20:30hs inició el violento movimiento terrestre con una duración aproximada de dos (02) minutos de oscilaciones, más una réplica posterior.
El desplazamiento de la placa de Nazca y de la placa de Sudamérica ,en su falla, daría como resultado un Terrae Motus de 7.2 en la escala de Richter (Aproximadamente es la liberación de energía inmediata de 199.000 toneladas de T.N.T) y de IX en la escala de Mercalli, con un hipocentro de 12 km de profundidad! Extremadamente cerca de la superficie! entendiendo que el núcleo de la tierra se encuentra a 6000 Km de profundidad y con epicentro en la antigua Ciudad de Mendoza
La arquitectura colonial española de Mendoza se caracterizaba por la construcción de sus viviendas con pesados ladrillos de barro llamados adobes y techos de caña o paja, ya que pocos saben que en aquel entonces escaseaba la madera en la región aumentando su valor exorbitantemente, no todos tenían acceso a tales lujos.
La ferocidad del terremoto , los escasos metros del hipocentro y los frágiles edificios de la época dejaron un saldo cadavérico de más de 4800 personas de una población de 11500 aproximada y digo aproximado por que me baso en los registros de las iglesias, pero lo cierto es que fueron muchos más los afectados ya que no todas las personas se encontraban registradas.
En primera instancia las personas morían aplastadas o eran sepultadas vivas entre pesados escombros y polvo. Si sobrevivían le esperarían tal vez un destino peor ya que la vieja Ciudad se inundó por la obstrucción con escombros de (02) dos de los cursos más importante de Capital, el Zanjón (Cacique Guaymallén) y el Tajamar (hoy en dia es subterráneo y su curso de agua corre por debajo de la Alameda). La ciudad quedó completamente inundada aumentando la cifra mortuoria.
Posteriormente se desató un incendio voraz que tardaría tres días en apagarse ya que era común que en las casas se iluminaran con velas y lámparas de aceite.
La escena fue terrorífica, literalmente los sobrevivientes pensaban que estaban viviendo el apocalipsis. Dejaron a sus muertos tres días en los lugares donde habían perdido la vida, ellos creían que al tercer día resucitaría como dice en apocalipsis de Juan.
Pero no fue así, por el contrario se propagaron diferentes enfermedades y epidemias a causa de la contaminación de las aguas y los alimentos.
Como en toda desgracia, siempre se puede observar la dualidad de la naturaleza humana. Malvivientes comenzaron a saquear todo aquello que representara algún tipo de valor, aunque ello los llevará a matar. La provincia fue un absoluto caos total, el gobernador de la época Laureano Nazar que a causa del terremoto perdería a tres de sus hijos y su esposa quedó gravemente herida de una pierna se retiraría al sector llamado los barreales dejando acéfala la provincia.
Surgirán en la historia dos personas que dejaron profundas huellas en la historia de la provincia y del país.
Juan de Dios Videla quien conformaría con la Policía de la provincia (Cuerpo de Vigilantes) y cualquier ciudadano de bien la primera unidad de rescate, sacando a las personas de los escombros y apagando el incendio a fuerza de hombre usando validez y cualquier cosa que se encontrara a su alcance. Hoy en día la famosa "Costanera" como la conocemos los mendocinos lleva el nombre de Gobernador Juan de Dios Videla, luego del terremoto sería elegido como primer gobernador de la provincia post terremoto y años más tarde gobernador de la vecina provincia de San Juan.
El otro gran personaje histórico que surgió fue el Coronel Manuel José Olascoaga quien rearmando a la Fuerza Policial de la época acabaría en escasos días los saqueos y la delincuencia en general en la provincia, utilizando la ejecución por fusilamiento como medio, segun las cronicas dio resultado por luego de tal medida radical no hay más registros de vandalismo ni nada similar.
Organizó también un servicio de correos, cuya oficina era un gran baúl bajo un árbol, vigilado y administrado por él, a través del cual se pidieron auxilios al resto del país. Poco después, Nazar retomó el mando y Olascoaga abandonaría sus funciones.
Tiempo más tarde formaría parte de la campaña del desierto y fundaría la Ciudad de Chos Malal, que fue la primera capital del Territorio, y también la capital actual, Neuquén.
La nueva Ciudad se reconstruyó a un kilómetro y medio (01.500) hacia el Sur, en el asiento denominado Hacienda de San Nicolás, gracias a los fondos que recaudó de Europa y de otros países, Mariano Severo Balcarce, yerno de nuestro querido Gral. San Martin. Cumpliendo funciones de embajador en Francia.
Y la genialidad del Ingeniero Julio Balloffet que le dio una novedosa proyección a las calles principales, tendrían mayor anchura; éstas serían las actuales San Martín, Las Heras, Colón y Belgrano, con el agregado de cinco amplias plazas. Asimismo ordenó que se ampliará la anchura de las calles de la vieja ciudad.También quedaron estipuladas las plazas de la ciudad: a la de mayor dimensión se la denominaría Independencia y las otras se llamarían Cobo, Chile, Lima y Montevideo. A los cinco nuevos espacios verdes se agregaría la plaza Buenos Aires, proyectada sobre la arteria que comunicaba con el este (actual calle Lavalle). Todas estas medidas fueron concebidas para el resguardo de las personas en futuros terremotos.
Pocos saben que el verdadero motivo de la llegada del Ing Balloffet a Mendoza fue para recuperar los restos de su amigo el Geologo frances Augusto Bravard quien realizando trabajos de investigación minera en la provincia habría predicho con increíble exactitud el terremoto, intentó advertirle a las autoridades pero solo lo ignoraron y lo trataron de demente. Moriría en su habitación del Hotel Taser. Se llevaría a la tumba el secreto de como predecir terremotos utilizando la ciencia.
El pueblo mendocino se alzó de los escombros y el polvo con firme voluntad, la misma que siempre ha caracterizado a esta provincia cuyana y desde ahí, construyó la nueva ciudad, nuestra Ciudad! para algunos la mejor ciudad de todas, para otros no tanto, pero no hay que olvidar que es nuestra y se levantó desde el mismo barro a fuerza de nuestros antepasados que tanto le debemos.
Miércoles 20 de marzo es un día para reflexionar, no tanto sobre el terremoto en sí, sino sobre el poderoso linaje mendocino y argentino que todos nosotros portamos.
Leandro D. Vargas historiador, Oficial de Policia de Mendoza.
Escritor y autor de la obra ORÍGENES La heroica historia de la Policía de Mendoza en el terremoto de 1861.