En el día de ayer, el Presidente de la Nación dió su última cadena nacional para despedirse y para embarrar aún más el suelo para el nuevo presidente.
Su discurso fue carente de autocrítica y lleno de mensajes para movilizar a estas minorías que están dispuestas a romper todo total de que al país le vaya mal.
Con el sendero de la militancia ciega y la necedad típica de los peronistas y kirchneristas, el presidente se despidió con rabia, mentiras y malicia.
Lamentablemente ese 44% se quiere posicionar de manera brusca en un país democrático. El nuevo gobierno va a necesitar mano firme y un plan contundente para que la población que lo votó defienda su rumbo.